viernes, 22 de enero de 2016

No desea cometer ese crimen


No desea cometer ese crimen. Porque es repugnante y porque sabe con todo detalle cómo será castigado. Y mientras levanta el arma con la que debe hundir el cráneo de la víctima, siente que sus músculos se rebelan, que todo su cuerpo vibra a causa de la lucha de dos fuerzas encontradas: la de su propia voluntad, y la fuerza loca de la fatalidad que lo obliga a realizar un destino escrito, a matar una y otra vez a esa mísera vieja. Con un supremo esfuerzo Rascolnicof se da vuelta y descarga su hacha contra el lector.

Ana María Shua

Imagen: http://www.bing.com/


sábado, 16 de enero de 2016




 Mañanitas de abril

En algún momento de la noche y por algún cajón de la conciencia, he guardado el repiqueteo de la lluvia en el tejado y en los cristales del balcón.
¡Qué frías, esta mañana, las baldosas de la alcoba, con los pies desnudos!
En la calle, anego los pulmones con el olor de la tierra mojada y la menta del huerto.
El último jirón de niebla despeina la “ceja”, pinos arriba.
En lo más alto, se recorta nítida la ermita de San Gil.
Sólo el tirabuzón blanco de un reactor ha rasgado el azul.
El pastor de las cabras hace mugir su cuerno ancestral y húmedo de mares.
Los caracoles dibujan en la hierba caminos plateados y el primer chotillo ya ramonea entre la flor del endrino, las uvillas del arlo y el cuco del enebro.


Humea una chimenea tempraneando olores de leña y pan. Mientras me acerco, los charcos quietos me multiplican. 

Félix

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viernes, 8 de enero de 2016

La tacita

                                       Imagen: http://www.bing.com/

He vertido café en la tacita, he añadido la sacarina, remuevo con la cucharilla y, cuando la saco, observo en la superficie del líquido caliente un pequeño remolino en el que se dispersa en forma elíptica la espuma del edulcorante mientras se disuelve. Me recuerda de tal modo una galaxia que, en los cuatro o cinco segundos que tarde en desaparecer, imagino que lo ha sido de verdad, con sus estrellas y sus planetas. ¿Quién podría saberlo? Me llevo a hora a los labios la tacita y pienso que me voy a beber un agujero negro. Seguro que la duración de nuestros segundos tiene otra escala, pero acaso este universo en el que habitamos esté constituido por diversas gotas de una sustancia en el trance de disolverse en algún fluido antes de que unas gigantescas fauces se lo beban.

José María Merino