La poesía ya no conmueve
Para seducir a la chica tu-pupila-es-azul,
quiso escribir los versos más tristes esa noche. Pero no pudo, tenía demasiada
confianza en si mismo, estaba contento, una estúpida sonrisa chirreaba de su
boca y de su pluma. Le salió un versículo patético, ridículamente esdrújulo,
que la chica, por fortuna, ni siquiera llegó a leer porque esa noche salió con un economista.
Fabian Vique
Imagen:https://www.blogger.com
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