jueves, 2 de mayo de 2013

Cuento IV




Viendo un labrador que en una higuera que tenía en su heredad se habían desesperado en ella, por discurso de tiempo, algunos hombres, temiéndolo por mal agüero determinó de cortalla; pero antes desto, presumiendo de gracioso, hizo hacer un pregón por la ciudad, que si alguno había que se quisiese ahorcar en su higuera, que se determinase dentro de tres días, porque la quería cortar de su campo.

Juan de Timoneda
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