Tres cocineros y
un huevo frito
Hay tres cocineros en un hotel;
el primero llama al segundo y le dice: “Atiéndeme ese huevo frito; debe ser
así: no muy pasado, regular sal, sin vinagre”; pero a este segundo viene su
mujer a decir que le han robado la cartera, por lo que se dirige al tercero;
“Por favor, atiéndeme a este huevo frito que me encargó Nicolás y debe ser así”
y a parte a ver cómo le habían robado a su mujer.
Como el primer cocinero no
llega, el huevo está hecho y no se sabe a quién servirlo; se le encarga
entonces al mensajero llevarlo al mozo que lo pidió, previa averiguación del
caso; pero el mozo no aparece y el huevo en tanto se enfría y marchita. Después
de molestar con preguntas a todos los clientes del hotel se da con el que había
pedido el huevo frito. El cliente mira detenidamente, saborea, compara con sus
recuerdos y dice que en su vida ha comido un huevo frito más delicioso, más
perfectamente hecho.
Como el gran jefe de la
fiscalización de los procedimientos culinarios llega a saber todo lo que había
pasado y conoce los encomios, resuelve: cambiar el nombre del hotel (pues el
cliente se había retirado haciendo gran propaganda), llamándolo el Hotel de los
3 cocineros y 1 huevo frito, y estatuye en las reglas culinarias que todo huevo
frito debe de ser en una tercera parte trabajado por un diferente cocinero.
Macedonio Fernández