Recibió un
caballero por criado, al parecer simple, un mozo llamado Pedro, y por burlarse
de él, diole un día dos dineros, y díjole:
-“Ve a la plaza
y tráeme un dinero de huevos y otro de ays.”
El pobre mozo,
comprado que hubo los huevos, se burlaban y se reían de él, viendo que pedía un
dinero de ays. Conociendo que su amo lo
había hecho por burla , puso los huevos en la capilla de la capa, y encima de
ellos un manojo de ortigas, y llegando a casa, díjole el amo:
-“Pues, traes
recaudo?”
Dijo el mozo:
-“Sí, señor:
ponga la mano en la capilla y sáquelo.”
Puesta la mano
encontró con las ortigas y dijo:
“Ays”.
Y dijo el mozo:
“Tras eso
vienen los huevos, señor”.
Juan de
Timoneda
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