Persecuta
Como
en tantas y tantas de sus pesadillas, empezó a huir despavorido. Las
botas de sus perseguidores sonaban y resonaban sobre las hojas secas.
Las omnipotentes zancadas se acercaban a ritmo enloquecido y
enloquecedor.
Hasta
no hace mucho, siempre que entraba en una pesadilla, su salvación
había consistido en despertar, pero a esta altura los perseguidores
habían aprendido esa estratagema y ya no se dejaban sorprender.
Sin
embargo esta vez volvió a sorprenderlos. Precisamente en el instante
en que los sabuesos creyeron que iba a despertar, él, sencillamente,
soñó que se dormía.
Mario
Benedetti
Imagen:https://www.google.es
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