El misántropo
Al misántropo empedernido se le ocurrió asomarse a la ventana y vio con satisfacción que las calles estaban vacías. ¡No es posible!, se dijo. Por tres días seguidos comprobó la nueva realidad. Eufórico pensó: ¡La calle es mía!, e inmediatamente adoptó por internet un perro callejero.
Félix
Imagen:https://www.google.com/
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