lunes, 30 de septiembre de 2024

La rana que querría  ser una rana auténtica

Había una vez una fana que quería ser una rana auténtica, y todos lo días se esforzaba en ello.

Al principio se compró  un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla  y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó  de esto y guardó el espejo en un baúl.

Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando  no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban  y reconocían que era una rana auténtica.

Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía  que todos la aplaudían.

Y así siguió haciendo esfuerzas hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.

Augusto Monterroso

Imagen:https://www.blogger.com/

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