Escena conyugal
Lanzaba con presteza uno tras otro los
cuchillos a su mujer, quien los recibía con el trapo para secarlos.
Luis Felipe Hernández
Imagen:https://www.blogger.com
El bisonte
Tiempo acumulado. Un montículo de polvo
impalpable y milenario: un reloj de arena, una morrena viviente: esto es el
bisonte en nuestros días.
Antes de ponerse en fuga y dejarnos el
campo, los animales embistieron por última vez, delegando la manada de bisontes
como un ariete horizontal. Pues evolucionaron en masas compactas, parecían
modificaciones de la corteza terrestre con ese aire individual de pequeñas
montañas; o una tempestad al ras del suelo por su aspecto de nubarrones.
Sin dejarse arrebatar por esa ola de
cuernos, de pezuñas y de belfos, el hombre emboscado arrojó flecha tras flecha
y cayeron uno por uno los bisontes. Un día se vieron pocos y se refugiaron en el
último redil cuaternario.
Con ellos se firmó el pacto de paz que
fundó nuestro imperio. Los recios toros vencidos nos entregaron el orden de los
bovinos con todas sus reservas de carne y leche. Y nosotros le pusimos el yugo
además.
De esta victoria a todos nos ha quedado
un galardón: el último residuo de nuestra fuerza corporal, es lo que tenemos de
bisonte asimilado.
Por eso, en señal de respetuoso homenaje, el primitivo que somos todos hizo con la imagen del bisonte su mejor dibujo de Altamira.
Juan José Arreola
Imagen:https://www.blogger.com
Grafoterapia
Me sugirió que cambiara mi firma de manera casi imperceptible. Que mantuviera en línea horizontal mi nombre y apellido, que alzara este último levemente y cortara el travesaño de la letra t. Básicamente mi firma permanecería igual. ”Así –me dijo- mejorará tu estado de ánimo”. Ahora devuelven mis cheques por firma disconforme e ilegible. ¿Qué si me siento feliz? Por supuesto. Pago en efectivo y asunto resuelto.
Manuel Pastrana Lozano
Imagen:https://www.blogger.com/
Oficios navideños
Patricio siempre dice que el
momento propicio para robar un banco es el 24 de diciembre a las doce de la
noche cuando el escándalo de los petardos disimula el estruendo de la molotov
que hace añicos la caja fuerte.
Por lo general lo dice después de las doce, después del brindis con la familia, en el bar de siempre, con los amigos de toda la vida. Alguien le recuerda que es portero de escuela hace treinta años. Más a mi favor dice, ¿quién va a sospechar de un portero de escuela?, y agrega nuevos detalles al golpe.
Fabian Vique
Imagen:https://www.blogger.com/
El ajolote
Acerca de ajolotes sólo dispongo de dos
informaciones dignas de confianza. Una: el autor de las cosas de la Nueva
España: otra la autora de mis días
¡Simillima mullieribus! Exclamó el
atento fraile al examinar detenidamente las partes idóneas en el cuerpecillo de
esta sirenita de los charcos mexicanos.
Pequeño lagarto de jalea- Gran gusarapo
de cola aplanada y orejas de pólipo coral. Lindos ojos de rubí, el ajolote es
un lingam de transparente ilusión genital. Tanto que las mujeres no deben
bañarse sin precaución, en las aguas donde se deslizan estas imperceptibles y
lucias criaturas. (En un pueblo cercano al nuestro, mi madre trató a una señora
que estaba mortalmente preñada de ajolotes.)
Y otra vez Bernardino Sahín: “… y es
carne delgada muy más que el capón y puede ser de vigilia. Pero altera los
humores y es mala para la continencia. Dijeron que los viejos que comían
axalotl asado que estos pejes venían de una dama principal que estaba con su
costumbre, y que un señor de otro lugar la había tomado por fuerza y ella no quiso
su descendencia, y que se había lavado luego en la laguna que dicen Axoltitlan,
y que de ahí vienen los ajolotes”.
Sólo me queda agregar que Nemilov y Jean
Rostand se han puesto de acuerdo y señalan al ajolote como el cuarto animal que
en todo el reino padece el ciclo de las catástrofes biológicas más o menos
menstruales.
Los tres restantes son la hembra del murciélago, la mujer, y cierta mona antropoide.
Juan José Arreola
Imagen:https://www.blogger.com/