El patriarca ordenó: ¡Que los fusilen en nombre del pueblo! Y
los soldados fusilaron a los hombres.
Entonces las mujeres gritaron; ¡Eran nuestros hombres y nuestros
hijos esos que fusilaste!
Y el patriarca ordenó: ¡Que las fusilen a todas en nombre del
pueblo! Y los soldados fusilaron a las mujeres.
El pueblo entero gritó entonces. ¡Que fusilen al pueblo en
nombre del pueblo! Y los soldados fusilaron al pueblo. Pero como los soldados
eran también pueblo se fusilaron entre ellos.
Entonces el patriarca se retiró a escribir sus memorias a la
solitaria e inexpugnable fortaleza. Pero también contrató los servicios de un
extranjero erudito y muy famoso para que le narrara la epopeya del pueblo. En
nombre del pueblo.
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