miércoles, 13 de abril de 2016

El caballo volador

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Imagen: https://www.google.es

En todas las versiones de este cuento clásico el caballo es de madera o de metal. La princesa es siempre bellísima y está encerrada más allá de las nubes. Su lujosa prisión suele ser un palacio que flota en el aire por arte de magia y otras veces una torre muy alta. Un príncipe es el héroe: monta en el caballo volador y se gana el amor de la princesa. En algunas versiones el caballo despliega sus alas. En otras, vuela llenando la tripa de aire. Curiosamente, el inventor de semejante prodigio es un sabio feo, insignificante, en ocasiones malvado, que entregaría con gusto la facultad de inventar caballos voladores a cambio  de ser el príncipe, a cambio de lograr el imposible amor de la princesa. Exactamente le pasa al autor del cuento.

Ana María Shua

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