El
acróbata de los azotes
En la educación de un príncipe de
Inglaterra cumplía un papel fundamental el Niño de los Azotes. Cuando el
príncipe cometía un error o una transgresión, se propinaba al Niño de los
Azotes el castigo que estaba prohibida descargar sobre la sagrada persona de Su
majestad.
El famoso acróbata italiano Archange
Tuccaro, autor del primer tratado sobre saltadores y volatineros (Trois
dialogues, París, 1559) fue contratado para enseñar el arte acrobático al
emperador Maximiliano de Austria. De acuerdo al relato de un testigo
presencial, cada vez que el monarca cometía una torpeza mientras realizaba una
de sus volteretas en el aire, un joven saltimbanqui caía al suelo en su lugar.
A causa de la poca habilidad natural de Maximiliano para este tipo de ejercicio,
los jóvenes acróbatas, con los huesos rotos, debían ser frecuentemente
reemplazados.
Ana María Shua
Imagen:https://www.google.com/
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