Detrás de lo obvio
Todos los viernes por la mañana
Nasrudín llegaba al mercado del pueblo con un burro al que ofrecía en venta. El
precio que demandaba era siempre insignificante, muy inferior al del valor del
animal. Un día se le acercó un rico mercader, quien se dedicaba a la compra y
venta de burros.
-No puedo comprender cómo lo
hace, Nasrudín. Yo vendo burros al precio más bajo posible. Mis sirvientes
obligan a los campesinos a darme forraje gratis. Mis esclavos cuidan de mis
animales sin que les pague retribución alguna, Y, sin embargo, no puedo igualar
sus precios.
-Muy sencillo –dijo Nasrudín-.
Usted roba forraje y mano de obra, Yo robo burros.
Idries Shah
Imagen:https://www.google.com/
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