jueves, 10 de noviembre de 2022

El elefante blanco

En varios países de Asia, se venera a los elefantes, en especial a los blancos. Tienen por establo un palacio, comen en recipientes de oro, todos los hombres se postran ante ellos y los pueblos luchan para arrebatarse tan preciado tesoro. Uno d estos elefantes, gran pensador, inteligente, le preguntó un buen día a uno de sus conductores por qué le rendían tantos honores, dado que en el fondo él no era más que un simple animal.

-¡Ay! Eres demasiado humilde -fue la respuesta-. Todos conocemos tu dignidad y toda la India sabe que, al abandonar esta vida, las almas de los héroes armados por la patria habitan por un tiempo en el cuerpo de los elefantes blancos.  Nuestros sacerdotes lo han dicho, por lo tanto debe ser así.

-¡Cómo! ¿Somos considerados héroes?

-Sin duda.

-De no serlo, ¿podríamos disfrutar en paz, en la selva, de lso tesoros de la naturaleza?

-Sí, señor.

-Amigo mío, entonces déjeme ir, porque te han engañado, te lo aseguro; si reflexionas, comprenderás de inmediato el error; somos altivos pero cariñosos; moderados pero poderosos; no injuriamos a los débiles; en  nuestro corazón, el amor sigue las leyes del pudor; pese a la situación privilegiada en la que nos encontramos, los honores no han modificado nuestras virtudes. ¿Qué más pruebas se necesitan? ¿Cómo es posible que alguien hay visto en nosotros el menor rasgo humano?

Jean-Pierre Claris de Florian

Imagen:https://www.blogger.com/

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