lunes, 26 de noviembre de 2012

Por tonto






Dejé las rosas en la cocina y me acosté. Clara estaba de espaladas.
“Temo perderla –me dije- : el trabajo, los amigos… Desde mañana la colmo a detalles y empezamos de nuevo.”
Cuando desperté, Clara no estaba. La puerta, abierta. Salí y llegué hasta la piscina. Allí unas rosas se desteñían en el agua.

Félix

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