En realidad Anabel, estaba
cansada de ir y venir de aquí para allá, su vida no estaba orientada hacia
ningún punto, todo era igual, y lo que es peor, todo le daba igual.
Era tan rutinaria su vida que giraba como una noria, ni se esforzaba en que
algo cambiara, si total “el asombro” ya se había ocultado de su vida, “la
alegría” la espiaba de lejos, “las ilusiones” dormían sin el menor interés de
despertar, ¿para qué?... si no podía permitirse ese lujo, aparte sabía de
antemano que no lograría alcanzar su sueño, si es que tenía alguno, mientras
que el reloj sonara a tiempo para cumplir con su empleo, ya con eso estaba
bien, así pasaba su vida.
Una mañana, al salir para su trabajo, al cerrar la puerta sintió algo que hacía
mucho no recordaba haberlo sentido, “la nostalgia” la visitó preguntándole,
¿Cuánto hace que nadie te despide?... ¡despedirme a mí!... ¿quién lo haría?...
¡ni el perro!... puesto que ni eso tengo, un perro que me ladre…se desentendió
de ese sentir y corrió por las calles mojadas por la llovizna, llega a su
empleo, saluda como todos los benditos días, se sienta frente a un ordenador y
comienza su rutina, de pronto un alboroto se escucha y algunos gritos, se
sobresalta y al querer pararse para correr como lo hacían los demás empleados,
alguien la sujeta del cabello, siente un frío terrible en su nuca, y una voz
muy grave le ordena que se quedara quieta, ¡¡no voltees!!... no debes mirarme,
porque te mataré.
Los demás empleados observaban desde sus escondites, compadeciendo a su
compañera, cuan grande fue su asombro cuando le escucharon decir, ¡apunta bien
y dispara, pero hazlo ya!... hazme ese favor, ¿crees que me asusta morir?... ¡eres
un cobarde mentiroso, amenazas y no cumples!... ¡hazlo cretino, pedazo de
basura, dispara!...
¡No me provoque niña estúpida porque lo haré!... ante el estupor de todos, ella
voltea quedando de frente al ladrón y le arroja a la cara el agua del florero,
mientras gritando le decía, ¿crees que me asustas idiota?...
Mientras tanto las autoridades comenzaban a tomar cartas en el asunto, uno de
los delincuentes, fue detenido, pero éste continuaba siendo desafiado por la
niña, a la que él, la hacia ver como que era su rehén.
¡Cierra la boca, mujer!... continuaba dando órdenes el muy tonto, Anabel pone
su mano sobre la mano del delincuente y sin tocar el arma, apunta a su cabeza
ordenándole que dispare, ¡éste es el momento!... ¿Qué esperas?... preguntaba
Anabel a viva voz, cuando él siente que esas frías manos le tocaron, quedó como
detenido en el tiempo, sin reaccionar, tiempo que ganaron las autoridades para
atraparlo.
Mientras lo esposaban no quitaba sus ojos de esa bella mujer llena de coraje.
Algunas personas se le acercan preguntándole si estaba bien, ella luego de
responder que ¡Sí!... extendiendo su brazo hacia los guardarropas, toma su
abrigo, se dirige a la puerta, obviamente tenían el resto del día libre, llega
a la vereda, aun lloviznaba, respira profundo y comienza el camino de regreso a
su hogar.
Abre la puerta y sin darse cuenta estaba tarareando una linda canción, se
dirige al baño, carga la bañera con agua bien caliente, se desviste, recién
allí reacciona, al verse en el espejo, ¡Cuánto hacía que no se miraba en él de
cuerpo entero!... acomodando sus cabellos se mira detenidamente y ve una mujer
diferente, extendiendo su brazo derecho levantando su dedo pulgar y señalando
con el índice, suelta un ¡¡bum!!... sobre el espejo, luego se dice así misma, ¡si
desafiaste a la muerte, bien puedes enfrentar a la vida!... sopló sobre su dedo
como signo de que la anterior Anabel resurgía de entre las ceniza, cual ave
fénix.
estrellafugaz
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