martes, 10 de mayo de 2016

Nada

 Resultado de imagen de La alcazaba
Imagen:https://www.google.es

Un individuo miserable y andrajoso, que se parecía mucho a un mendigo, entró un día en el palacio del califa de Bagdag en ausencia de éste y se sentó sin vacilar en el trono vacío.
Los guardias, adivinando algo insólito y tal vez sobrenatural, no se atrevieron a echarlo a la calle. Llamaron al chambelán, que acudió enseguida y le preguntó  al hombre de los harapos:
-¿Sabes que estás ocupando el trono del califa de los abasíes, que es el emir de los creyentes?
-Sí, lo sé.
-¿Y sabes quién es el califa?
-Lo sé y yo estoy por encima de él.
El chambelán reflexionó un instante, Después, alzando el tono, le dijo:
¡Has perdido la razón a causa de tu pobreza? ¡Es que no sabes que por encima del califa mo está más que el profetaMahoma?
-Lo sé –dijo el harapiento.
-¿Y sabes quién es el profeta?
-Lo sé y yo estoy por encima de él.
Los guardias parecían escandalizados. Bladían sus armas para descargarlas sobre el intruso, que se mostraba muy tanquilo y seguro de sí mismo. El chamblán los detuvo con un gesto y formulo una última pregunta:
-¿No sabes que por encima del profeta Mahoma sólo está Dios?
-Lo sé –respondió el mendigo.
-¿Y sabes quién es Dios?
-Lo sé y yo estoy por encima de él-
.¿Por encima de Dios? ¿Sabes lo que estás diciendo? ¡Por encima de Dios no hay nada!
-Lo sé –dijo el hombre de los harapos sin moverse del trono- y presisamente yo soy esa nada.


Apólogo árabe

No hay comentarios:

Publicar un comentario