Encuentro clandestino
Imagen_ https://www.google.es
Es un bar o quizás un restorán. Algunas
mesas tienen manteles blancos con servilletas en forma de acordeón, otras están
desnudas.
-Quiero un tostado de queso.
-De jamón y queso, como todos, -me
corrige él.
A
pesar de su cabeza de camello estoy segura de que hemos sido amantes. Me gustan
los ojos profundos y tristes. En cambio el pelo corto y áspero, amarillento, me
confunde un poco.
-No -insisto con imprudencia-. De
queso solo.
Él sacude sus
belfos indignado, acalorado.
-Debería regresar al desierto -me dice
de mal humor.
Entonces me
pongo a llorar porque sé que todo ha terminado, que no volveremos a vernos
hasta el próximo oasis, un poco por culpa de mi terquedad y otro poco porque la
vida nos separa.
Ana María Shua
No hay comentarios:
Publicar un comentario