Mi pueblo
En la retina de mi niñez, guardo el trigo verde, moteado de amapolas y los
rosales silvestres bordeando los caminos.
En el oído, la campana anunciando la fiesta y los difuntos; y el tribal
sonido de la caracola en boca del pastor.
En el olfato guardo el olor de la tierra después de la tormenta y la
fragancia fresca de la menta que la
lluvia lavó.
Guardo en la boca, el gusto vegetal del arlo y sus uvillas, el agraz de la
endrina y el maduro del rubio zarramón.
En mis manos, el tiento seco y rugoso da la toza y el del cortante cuchillo
del carámbano.
En el alma, el regocijo de saberme de este pueblo que me vio nacer y que
acunó mi infancia.
Félix
Imagen: https://www.google.es
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