miércoles, 2 de octubre de 2019


Los verbos de la memoria

Hablamos de las antiguas cosas. Los recuerdos deshacían su sencillez sin apenas prisa, tenían que ver con la manera posesiva de contar nubes, o con el día en que descubrimos el lucero del alba. También nos gustaba tratar de las marcas que los caracoles dejan de noche en los jardines. Alguien dijo: Una vez llovió rosa pálido, sin embargo, nosotros fuimos ajenos a aquel suceso. Hicimos memoria del sabor de algunas palabras pronunciadas por primera vez, de su dramatismo o de la complejidad emocionada que provocan. De fondo, el mar era el gran indolente, el que existe sólo para ser visto. En un momento, sin poder evitarlo, toqué a mi interlocutor y sentí el frío de cuantas cosas están desprovistas de alma, y me puse triste y para que él no advirtiese que estaba muerto seguí hablándole.

Rafael Pérez Estrada

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