sábado, 28 de abril de 2012

EL PACTO



Fidel, desvelado, resolvió levantarse al fin. Miró a su lado, Luisa parecía dormir profundamente y sonrió.
Fue al lavabo y orinó, se miró en el espejo y se rascó la cabeza. “Beberé un vaso de agua”.
Al pasar frente a la puerta del comedor, observó a través del cristal una extraña y fría luz fosforescente. Abrió la puerta.
Fidel y Luisa estaban tirados en el suelo, desgarrados los vestidos y las carnes en amasijo sanguinolento. Sus ojos amarillos miraban a Fidel.
Corrió despavorido hacia su esposa. En el instante eterno del pasillo recordó el pacto que hicieron medio en broma muchos años atrás: “el primero que muera vendrá a contar al otro qué hay del otro lado”
Iba a gritar pero no pudo. Antes de llegar a la habitación, apenas alcanzó a oír el inicio de una explosión devastadora.

Félix

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